El dirigente destacó "la pasión" con la que todo el país vivió el torneo y agradeció a todos los actores participantes la organización del evento, especialmente "al gobierno de Vladimir Putin".
Infantino no quiso entrar en valoraciones políticas sobre Rusia.
"El fútbol no puede resolver todos los problemas del mundo", añadiendo que existen "muchas injusticias", al tiempo que defendió el papel de la FIFA.
"En el mundo falta capacidad de diálogo, no ya un entendimiento sino un poco de respeto, y así no podemos avanzar. Si el fútbol puede contribuir a ese diálogo y a que aquellos que tienen que tomar las decisiones en el mundo se pongan a hablar habremos aportado algo", señaló.
Infantino recordó también que "Rusia ha cambiado mucho y se ha convertido en un país de fútbol, no solo por la organización de la Copa del Mundo, sino porque gracias al trabajo realizado, a las infraestructuras creadas, al rendimiento de su selección, el fútbol forma a partir de ahora parte del ADN de este país".
"Cerca de un millón de personas ha venido a visitar esta Copa del Mundo, ha venido a todas las ciudades de Rusia, y se ha dado cuenta de la belleza de este país acogedor, un país dispuesto de demostrar que la realidad que enseñan los medios no es la real. Un país rico en cultura, historia... que forma parte de la historia de la Humanidad", añadió.
Infantino, que dejó a un lado el tradicional traje y corbata para salir ante los periodistas vestido de voluntario, como homenaje a todos aquellos que han participado en la organización del Mundial, tuvo también un recuerdo para los niños del equipo de fútbol rescatados recientemente de una cueva inundada en Tailandia y envió el pésame "en nombre de la FIFA" a la familia del buzo que falleció en las tareas de rescate.
AFP
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