Los dos tantos del equipo de Gareth Southgate llegaron mediante remates de cabeza, por medio de Harry Maguire (minuto 30) y Dele Alli (59), en un partido en el que no pudo marcar la estrella Harry Kane, el máximo anotador de lo que va de Mundial con seis dianas.
Con el de Maguire, Inglaterra logró su cuarto gol de córner en Rusia-2018 que, sumado a los tres de penal de Kane, a un remate de falta y a otros tres de jugada colectiva, han convertido a esta generación en la más goleadora de su historia en la competición con 11 tantos, igualando su mejor marca lograda en 1966 cuando se consagraron campeones por primera y única vez, en su propio territorio.
Inglaterra dominó la pelota y, con ella, el partido. Suecia no tuvo problemas en entregársela, esperar rezagada e intentar aprovechar las jugadas a balón parado pero se encontró con un equipo con las ideas más claras y que sueña con ganar la Copa tras 52 años de sequía.