Y lo hará con la tensa intimidad de los duelos entre vecinos. Viejos conocidos y medio hermanos, nunca se habían citado tan alto franceses y belgas. Ahora lo harán con una final en juego y tras toda una vida de espera para la selección que dirige Roberto Martínez, a la que la Argentina de Maradona dejó en 1986 sin la única decisión que acarició.
Pero nunca como ahora habían dado tanto miedo los 'Diablos Rojos', que en apenas 30 minutos convirtieron en un infierno el sueño del 'hexa' de la cumplidora Brasil de Tite, que todavía no se explica qué hace en casa tan pronto y ni de dónde salió tanto talento. Al menos cuatro años tardará Brasil en olvidar a De Bruyne y compañía, responsables de regalarle al estelar Neymar "el momento más triste" de su carrera, según confesó él mismo vía Instagram.
Tampoco olvidarán a sus chicos los hinchas de este país en el corazón de Europa, que ha pasado de no vivir una semifinal desde hace más de tres décadas a reservar habitación con vistas a la gloria el domingo en Moscú.
Nadie ha marcado más goles que los belgas (14) en este torneo que se sacó de un plumazo a Messi y Cristiano en octavos, y solo le concedió un partido más a Neymar. Nueve de sus jugadores han anotado en esta Copa donde Lukaku persigue con cuatro tantos al inglés Harry Kane (6) en la frenética carrera por la Bota de Oro.
Todo le sale a los del español 'Bob' Martínez, convertido a los 44 años en el técnico de moda del primer Mundial al que se presenta.
Orgullo
No sería, sin embargo, la primera vez que esta generación dorada tiene que devolver los aplausos que le brindaron antes de tiempo, y Francia solo piensa en regalarle a los belgas su tercer fracaso tras el decepcionante Mundial-2014 y la última Eurocopa, de la que salieron en cuartos contra Gales.
A la orgullosa campeona del mundo en 1998, los 12 años que han pasado desde su dolorosa última final -la perdida contra Italia- le han parecido una eternidad. Humillada por su propio ridículo en 2010 e insuficiente en 2014, Francia llegó a Rusia más joven que nunca.
Si ante la ajada Argentina fue un tornado que volaba a los 37 km/hora de un Mbappé pidiendo paso hacia la historia al mismísimo Pelé, frente a Uruguay fue incontestable con un Varane que a sus 25 años parece un mariscal y un efectivo Griezmann.
Pero los galos cuentan también con la gran capacidad atlética de un centro del campo que es el seguro con el que hubieran soñado las 28 selecciones que verán este partidazo desde casa, apoyados en los potentes Kanté, Pogba y Matuidi.
Héroes
Aunque la única certeza en Rusia a estas alturas, después de un mes desafiando al orden, es que los galones de poco sirven camino a Moscú. Así lo ha entendido el equipo de Gareth Southgate, despojado de los brillos que le deslumbraron en el pasado para encontrar el camino de regreso a su primera semifinal desde Italia-1990.
"Me encantaría que nos enfrentáramos a la Inglaterra de antes, ahora es una Inglaterra con mucha hambre, mucho poderío, están andando por la tierra, no por las nubes, van a tener mucho peligro", valoró Davor Suker, presidente de la Federación croata y héroe del tercer puesto de 1998, sobre el duelo del miércoles.
La eficacia de un imparable Harry Kane se verá en Moscú con el firme Subasic y la magia de Modric, Rakitic y los suyos en un choque de estilos para una semifinal a la que ambas selecciones llegan pensando en sus héroes.
Los 'Pross' en la generación que les dio su único trofeo en 1966 y los balcánicos en aquel grupo que hace dos décadas puso a soñar con fútbol a este joven país que tanto dolor tenía para dejar atrás.
Ambas naciones prometen paralizarse el miércoles a partir de las 18H00 GMT como lo hicieron para los cuartos, mientras en Francia ya pusieron a enfriar el champagne de las grandes ocasiones, y los belgas casi acarician un trofeo que queda a solo dos victorias.
En eso consiste la Copa, en parar un rato el mundo una vez cada cuatro años.
AFP